La princesa del castillo de arena
Érase una vez una princesa que vivía en un castillo en
lo más lejano de las océanos. Una mañana despertó sintiéndose especialmente
molesta con la vida. Recordaba su infancia con amargura, su padre, el rey Saúl de Israel, era imponente y poderoso pero había terminado sus días como un demente y una tarde después de perder una batalla se suicidó lanzándose sobre su propia espada.
Recordaba que algún día se había enamorado, esa
sensación de alegría y cangrejitos en el estómago no había vuelto desde su
primer, gran y único amor. ¿Cuándo se acabo todo? Se preguntaba. Y es que una
noche antes había escuchado rumores de sus doncellas en el vestidor que
hablaban del ultimo chisme real y se gozaban haciendo alarde de la amargura de la princesa de aquel majestuoso castillo
de arena.
¿Cuándo paso de ser
la princesa de un castillo hecho de cedro para mudarse a uno de arena? Parecía
que el tiempo había pasado sin que ella estuviera consciente de ello.
Esa mañana se acercó a la ventana a tomar un poco de aire fresco. No había hecho eso hacía ya mucho tiempo y justo cuando decidió tomar un respiro se dio cuenta que había un mundo detrás de esas paredes. Ese día en especial el pueblo estaba celebrando un gran acontecimiento; el arca de Dios estaba siendo traída de regreso. Lo cual significaba que las cosas estaban siendo restauradas en el reino. David, su amado David, a quien alguna vez había amado con todo su corazón siendo aun él un simple muchacho pastor de ovejas, había sido ungido como rey de Israel y estaba trayendo de vuelta todo lo que le había sido quitado, incluyéndola a ella, pues un día después de sufrir persecución por parte de su suegro, el rey Saúl, tuvo que salir huyendo en busca de refugio.
¿Qué paso mientras
David luchaba por su vida? Bueno, la princesa Mical había sido entregada en
matrimonio a otro hombre. Que historia tan triste. Pero después de la muerte de su padre David regreso por ella,
quiso recuperar su amor y le entrego la corona de reina.
¿No parece realmente
un cuento de princesas? ¡Lo es! Y entonces ¿Qué pasaba con Mical? ¿No debía
estar feliz disfrutando del amor de su vida y de su nueva posición de reina? Es
que hay veces en que no importa que tan grande y majestuoso sea el Castillo en
el que vivamos, mientras en nuestro corazón no creamos que somos reyes y
reinas siempre miremos la corona como algo que no merecemos.
Puedo entender un poco a Mical, no tuvo un pasado en el cual se le hubieran dado fundamentos fuertes, su padre, el rey Saúl, aun siendo ungido por Dios nunca le conoció personalmente por lo que no le amaba y no podíamos esperar entonces que le obedecerá. La obediencia es la respuesta a un amor que se recibe de Dios, el autor del verdadero amor, y después se da, solo de da.
Puedo entender un poco a Mical, no tuvo un pasado en el cual se le hubieran dado fundamentos fuertes, su padre, el rey Saúl, aun siendo ungido por Dios nunca le conoció personalmente por lo que no le amaba y no podíamos esperar entonces que le obedecerá. La obediencia es la respuesta a un amor que se recibe de Dios, el autor del verdadero amor, y después se da, solo de da.
No está mal pensar en
un pasado doloroso, pues las cicatrices nos recuerdan que tenemos un enemigo que ha querido destruirnos pero que el Poderoso ha estado con nosotros y hemos vencido, lo que
realmente hace daño es permitir que todos esos pensamientos nos dominen y que afecten nuestras emociones todo al grado de perder la paz y el sueño.
David lo sabía muy
bien pues desde muy niño había solo una deseo en su corazón; conocer más y más
al Señor. Pero aun David se dio por vencido un día y en el Salmo 139
podemos ver su frustración, apenas un poco de alegoría y termina diciendo en los versículos 17 y 18 "!Que difícil me resulta entender tus pensamientos, pero mas difícil todavía me seria tratar de contarlos. ¡Serian más que la arena del mar!
Imagínate construir un castillo de arena con todos esos pensamientos y habitar allí, ¿No seria en vez de un hogar un lugar para volverse locos? ¿Y que de los cimientos? ¿En que estaría cimentada nuestra vida de ser así?
En Mateo 7:24-27 dice:
Imagínate construir un castillo de arena con todos esos pensamientos y habitar allí, ¿No seria en vez de un hogar un lugar para volverse locos? ¿Y que de los cimientos? ¿En que estaría cimentada nuestra vida de ser así?
En Mateo 7:24-27 dice:
"Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en practica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.
Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca.
Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca.
Pero todo el que me
oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que
construyó su casa sobre la arena.
Cayeron las lluvias,
crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se
derrumbó, y grande fue su ruina.»
Se dice que en la biblia solo encontramos una vez en donde específicamente una mujer expresa con claridad amar a un hombre y esa fue Mical, pero después ya no lo amaba, y luego si y luego no. ¡Que confusión! Cuando Mical se asomo ese día por la ventana vio a David danzando y saltando delante de la Presencia del Señor y sintió por él un profundo desprecio.
Cuenta la biblia que una vez que David termino de ofrecer holocausto a Dios volvió a su casa para bendecir a su familia, pero asi dice que lo recibió Mical, veamos su conversación:
Se dice que en la biblia solo encontramos una vez en donde específicamente una mujer expresa con claridad amar a un hombre y esa fue Mical, pero después ya no lo amaba, y luego si y luego no. ¡Que confusión! Cuando Mical se asomo ese día por la ventana vio a David danzando y saltando delante de la Presencia del Señor y sintió por él un profundo desprecio.
Cuenta la biblia que una vez que David termino de ofrecer holocausto a Dios volvió a su casa para bendecir a su familia, pero asi dice que lo recibió Mical, veamos su conversación:
“Cuando David volvió para bendecir a su familia, Mical,
la hija de Saúl, le salió al encuentro y le reprochó:
—¡Qué distinguido se ha visto hoy el rey de Israel, bailando casi desnudo como un cualquiera en presencia de las sirvientas del reino!
—¡Qué distinguido se ha visto hoy el rey de Israel, bailando casi desnudo como un cualquiera en presencia de las sirvientas del reino!
David le respondió:
—Lo hice en presencia del Señor, quien en vez de escoger a tu padre o a cualquier otro de su familia, me escogió a mí y me hizo rey de Israel, que es el pueblo del Señor. De modo que seguiré bailando en presencia del Señor, 22 y aun me haré mas vil, hasta humillarme completamente. Sin embargo, esas mismas sirvientas de quienes hablas me rendirán honores.
—Lo hice en presencia del Señor, quien en vez de escoger a tu padre o a cualquier otro de su familia, me escogió a mí y me hizo rey de Israel, que es el pueblo del Señor. De modo que seguiré bailando en presencia del Señor, 22 y aun me haré mas vil, hasta humillarme completamente. Sin embargo, esas mismas sirvientas de quienes hablas me rendirán honores.
Y Mical hija de Saúl murió sin haber tenido hijos.”
2 Samuel 6:20-23
Si, Mical tuvo una vida difícil, tenia razones para estar deprimida y triste y también murió sin saber lo que era ser madre, pero tanto ella como tú y como yo tenia dos opciones: Vivir llena de amargura, dejando que sus emociones la dominarán o refugiarse en el Señor, ser la princesa del castillo de arena o ser una mujer llena del Espíritu de Dios, que tiene su identidad en el Señor, que hace de la Palabra de Dios su deleite y sus cimientos están en la roca que es Jesucristo, que vive en las promesas de Dios y se alegra de ser dirigida por Sus mandamientos y Su voluntad.
2 Samuel 6:20-23
Si, Mical tuvo una vida difícil, tenia razones para estar deprimida y triste y también murió sin saber lo que era ser madre, pero tanto ella como tú y como yo tenia dos opciones: Vivir llena de amargura, dejando que sus emociones la dominarán o refugiarse en el Señor, ser la princesa del castillo de arena o ser una mujer llena del Espíritu de Dios, que tiene su identidad en el Señor, que hace de la Palabra de Dios su deleite y sus cimientos están en la roca que es Jesucristo, que vive en las promesas de Dios y se alegra de ser dirigida por Sus mandamientos y Su voluntad.
¿En qué castillo estás viviendo? Porque sino tiene
buenos cimientos, si no es de roca, en cualquier momento vendrá una ola y lo
destruirá. La arena es inestable, como las emociones, como los sentimientos, en
cambio la roca, que es Jesucristo, es fuerza, es estabilidad, es confianza.
Muchas veces decimos, “Mi casa es mi refugio, llego
allí y me siento cómodo” o, “mi trabajo me da seguridad, allí puedo olvidarme
de todos mis problemas”, o quizá tus hijos, tu mascota, algún deporte e incluso
alguna persona, el amor de tu vida. Pero déjame decirte que ninguno de esos
refugios te dará la fuerza que vas a necesitar cuando vengan las lluvias y los
vientos fuertes.
O vivimos por lo que sentimos o por lo que sabemos.
David sabia donde estaba su confianza, por eso podía danzar y alegrarse en su
corazón, él tenía la seguridad que a pesar de vivir en el mismo castillo que
Mical, el suyo era de roca, y en el salmo 91 lo expreso así:
“El que habita al abrigo del Altísimo
Morará bajo la sombra del Omnipotente
Morará bajo la sombra del Omnipotente
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
Mi Dios, en quien puedo confiar…”
Mi Dios, en quien puedo confiar…”